Los ancestros de Akio Yamane han muerto jóvenes por generaciones. Akio no deja de maldecir el linaje maldito que su familia le ha dejado hasta que él mismo cae enfermo. De pronto, el joven Akio no sabe qué hacer, no quiere encontrar el mismo destino que todos sus ancestros. Parecía que así sería hasta que sin quererlo, un día Akio invoca a un Dios protector… un hombre completamente desnudo, con largas orejas y cola aparece frente a él.